fbpx

Juegos para enseñar inglés en casa: 6 actividades y rutinas divertidas para niños

Compartir:

Los juegos para enseñar inglés en casa y aprender un segundo idioma, puede ser una aventura tan emocionante como un viaje imaginario en barco pirata o una tarde construyendo castillos con cojines.
Los niños pequeños aprenden inglés con facilidad cuando lo viven como parte de su día: entre risas, canciones y momentos compartidos.

Juegos para enseñar inglés en casa:

En APDE Connections Cayalá, creemos que enseñar inglés en casa no tiene por qué sentirse como una lección rígida.
Al contrario, queremos que sea como un juego continuo, lleno de amor, paciencia y pequeñas sorpresas.
Aquí encontrarás juegos para enseñar inglés en casa fáciles y divertidos para que tus hijos aprendan casi sin darse cuenta.

1. Saludos matutinos en inglés: despertar con alegría

Imagina que tu hijo abre los ojos y lo primero que escucha es un alegre
“Good morning, sunshine!”. Este simple gesto arranca el día con una sonrisa
y, si lo repites cada mañana, se convertirá en una frase que reconocerá y responderá con naturalidad.

Prueba con otras frases cortas: “Time to get up!”, “Let’s brush your teeth.”
No importa si tu pronunciación no es perfecta; lo importante es que sean expresiones constantes y llenas de cariño.

2. Canciones mientras se alistan: la música como aliada

Si hay algo que a los niños les encanta, es cantar y bailar. Aprovecha esos minutos mientras se visten o recogen sus juguetes
para poner canciones en inglés. No solo aprenderán vocabulario y pronunciación, sino que también sentirán que el inglés es parte de la diversión.

Recomendaciones para empezar

  • If You’re Happy and You Know It (para moverse y reír).
  • Head, Shoulders, Knees and Toes (perfecta para aprender partes del cuerpo).
  • The Bath Song (ideal para la hora del baño).

Inventa gestos, pequeñas coreografías o cambia el nombre de algún personaje para hacerlo más personal.

3. Juegos con comandos: aprender mientras se mueven

El clásico Simon Says se transforma en una herramienta mágica. Con frases como
“Jump!”, “Touch your nose!” o “Clap your hands!”,
los niños aprenden sin darse cuenta, porque están ocupados riendo y saltando.

Para sumar diversión, inventa un personaje imaginario que “dé las órdenes” (un robot, un perrito, un extraterrestre)
y habla como él. ¡Verás cómo aumenta la motivación!

4. Hora de la comida bilingüe: sabores y palabras

La mesa también puede ser un salón de clases lleno de aromas y risas. Señala los objetos y alimentos mientras usas frases simples:

  • This is your spoon.
  • Do you want more milk?
  • Yummy banana!

Un truco: nombra siempre los mismos objetos de la misma manera, para que la asociación sea más rápida.
Puedes añadir una “rueda de preguntas” donde cada quien diga el nombre de lo que tiene en inglés antes de comerlo.

5. Cuentos antes de dormir: un abrazo en palabras

El momento de leer juntos antes de dormir es perfecto para introducir el inglés con calma.
No es necesario que todo el cuento sea en este idioma. Puedes leer una página en español y otra en inglés,
o solo señalar ilustraciones y decir su nombre.

Los cuentos con frases repetitivas o rimas son ideales. Así, tu hijo empezará a anticipar las palabras y a participar contigo.
Y lo más importante: asociará el inglés con un momento de ternura y cercanía.

6. La magia de la repetición amorosa

El aprendizaje real no viene de la perfección, sino de la constancia.
No pasa nada si a veces olvidas una palabra o si pronuncias distinto; tus hijos aprenden tanto del idioma como de tu actitud.

Cuando ven que tú también intentas, sienten que es seguro equivocarse y seguir probando.
Con repetición amorosa, las palabras van echando raíces.

Recursos para enseñar inglés en casa

  • YouTube: Super Simple Songs, Cocomelon.
  • Flashcards con imágenes para adivinar palabras.
  • Libros ilustrados y audiocuentos.
  • Juegos de memoria con vocabulario nuevo.

Conclusión

Aprender inglés en casa no tiene que ser una materia más,
sino un idioma que llega como llega el juego: de forma natural, divertida y compartida.
Con amor, paciencia y un poquito de imaginación, estarás regalando a tus hijos una habilidad para toda la vida.