Cinco razones por las que vale la pena la presencialidad

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Evitar el tránsito, las mañanas atareadas, las comidas a la carrera y más tiempo en familia. El recibir clases de manera remota ha traído beneficios; sin embargo, la presencialidad es insustituible.

Es necesario aclarar que las razones pueden variar según la edad del niño, el ambiente en casa y los objetivos familiares. A pesar de ello, estas razones son innegables: 

1.Desarrolla destrezas socioemocionales: El aprendizaje de un alumno no se limita a las matemática o el inglés, cursos que pueden tomarse desde casa.

Dentro de un ambiente escolar presencial los niños aprenden cómo integrarse en un grupo, sentirse parte de él, aprenden de los demás, aceptan que existen personas diferentes y desarrollan virtudes.

Aunque esto se inculca en casa, el desenvolvimiento de un estudiante no es el mismo cuando está fuera de su ambiente familiar, por lo que el colegio es clave.

2.El cambio de ambiente mejora los aprendizajes: Cuando hacemos una pausa para comer o pasamos de una actividad a otra, el cerebro y el cuerpo se preparan para la siguiente tarea.

Que un niño se traslade a su centro educativo lo prepara para su aprendizaje. Separa tiempo de familia, de amigos, o de recreación, por lo que puede aprovechar más cada actividad. Además, existen muchas actividades deportivas, culturales, espirituales que son valiosas y más aún cuando se realizan en ambientes propicios para ello.

3.Desarrollan y fortalecen hábitos y rutinas: Existen muchos hábitos que se aprenden en casa y, ¡qué mejor lugar para ponerlos en práctica o afianzarlos que en el colegio!

Es un ambiente donde no están los padres o hermanos, por lo que, de manera individual, pueden aplicarlos. Además, en el colegio, los horarios y las rutinas que se desarrollan son un gran complemento para lo que se enseña en casa.

4.Tienen contacto con otros niños, con otros estudiantes y con otros adultos: El ejemplo es y será siempre una gran manera de aprender. Tener contacto con otros adultos que pueden guiar y formar es invaluable. En un centro educativo, los niños consolidan sus amistades, lo que difícilmente pueden hacer vía remota.

No es lo mismo mantener una amistad en línea que cultivarla desde cero. Solo en la presencialidad se puede conocer a una persona de verdad y el colegio es el mejor lugar para hacerlo, pues es un ambiente propicio para ello.

5.Padres siendo padres, maestros siendo maestros: Darles a nuestros hijos el espacio para aprender en un ambiente donde no es papá y mamá quien enseña, es una gran oportunidad. Los maestros se han preparado, tienen vocación y se especializan según las etapas de desarrollo.

Ambos roles son importantes y complementarios. Algunos niños tendrán la suerte de tener padres de familia muy entusiasmados y preparados para cumplir con ambos papeles, pero, en general, es mejor diferenciarlos.

No podemos negar que la persona no solo es inteligencia y necesitamos formarla integralmente. ¿Qué pasaría si cultivamos muchísimo la inteligencia y dejamos de lado la voluntad, corazón, temperamento, sus hábitos y todo lo que nos define como personas?

Aunque podemos aprovechar la tecnología para mejorar nuestra educación; en edad escolar, la presencialidad, nunca será sustituible por la virtualidad.